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Mi éxito no depende de tu fracaso.

Cuánta energía, tiempo y concentración invertimos en preocuparnos de lo que hacen o dejan de hacer los demás. Sobre todo, en lo profesional, y si esos “demás” son profesionales de mi mismo sector o un perfil parecido, con un proyecto dirigido al mismo público objetivo, ya ni te cuento.

Nos han enseñado que hay que repartirse el pastel, aunque no sepamos qué tamaño tiene ese pastel. Hemos crecido profesionalmente con mensajes tipo tonto el último, pero es que tampoco nos han dicho cuántos somos, y para colmo, ¡aquí el que no corre vuela!

Con estas indicaciones, es normal que nos tomemos este camino que es la vida, y sobre todo la vida en el entorno laboral como una carrera de obstáculos, a contra reloj y con medalla sólo para el primero.

-esto me recuerda un libro de Stephen King “La larga marcha” que me regaló mi padre cuando yo tenía unos 14 años. Igual era un mensaje subliminal de lo que me esperaba de mayor en el trabajo.-

Cuando la ruta del emprendimiento, la empresa y la carrera profesional en general, ya es incierta, agotadora y competitiva de por sí, le añadimos un toque más de emoción y presión al ir mirando a un lado y a otro, adelante y hacia atrás mientras corremos, para estar al tanto de lo que hacen nuestros compañeros de competición. Que por cierto con el tiempo descubres, que no todos van compitiendo, lo cual te deja una sensación de alivio a la vez que de ridículo. Pero eso ya en otro post.

Es difícil no compararse, inevitable sentir presión y aunque puede que esté mal visto, es complicado controlar el pensamiento de “por qué tu si, y yo no”.

A las creencias que arrastramos acerca del éxito y cómo llegar a él, se les ve el plumero cuando no somos capaces de ver más que competencia en todas partes y amenazas en cada esquina, que ponen en peligro nuestro proyecto profesional.

 

 Lo de “sólo puede quedar uno” tenemos que dejarlo para la peli de los Inmortales nada más.

 

Las redes sociales hasta ahora han contribuido con bastante peso, a los tirones de pelos de muchos recientes y no tan recientes profesionales de todo tipo y sector que a golpe de clics, de likes o de followers tienen, tenemos, o teníamos la sensación de vivir en un mundo en el que todos nuestros conocidos se habían convertido de repente en  exitosos profesionales que mostraban sus trofeos en las redes, favoreciendo nuestros (mis)  ataques de frustración e inseguridad, mientras repetíamos mentalmente casi como un mantra muchos refranes caseros del tipo » no es oro todo lo que reluce» o «tiempo al tiempo», que a mí especialmente me gusta mucho si pudiera vivir dos vidas más para ver ese tiempo.

El caso, es que entre tanto triunfo ajeno, la sensación de apremio, de que se acaba la oferta, o de que pierdo el tren de mi oportunidad profesional es mayor. Tic tac tic tac.

La clave la he encontrado en el «mi». Esto es una mentalidad un poco de cromañón de algunas zonas y de algunas personas, incluida yo, es un ataque de egoísmo a lo Gollum en plan «mi tesoooorooo» «mi oportunidaaaddd»

Estoy muy lejos de estar curada de este mal, pero sí que hay ciertos cambios en mi forma de pensar que me gustaría compartir contigo, que tal vez te puedan ayudar, a dejar de mirar a los lados y centrarte en lo que de verdad es importante.

 

Lo que puedes hacer tú, no lo que pueden hacer los demás.

Tenemos que aprender a pensar de otra forma si no queremos sacar el desfibrilador cada día en nuestra ruta hacia el éxito.  Si te sirven de ayuda, te presto algunas de mis re-editadas creencias que el coaching me ha traído durante estos años. No me llevarán directa al éxito, pero te aseguro que me dejan vivir más tranquila.

  • Centra tu energía, tiempo y esfuerzo en cosas que estén dentro de tu zona de control, es decir, que dependan exclusivamente de ti. Nota importante: los demás no están en esa zona.
  • Mejor que pelearte por un trozo del famoso pastel, por qué no aprendes a elaborar tu propia repostería. Hay tantos pasteles como tú quieras hacer. Busca otras opciones, haz algo diferente. 
  • En vez de buscar competidores, busca colaboradores. Busca relaciones que te aporten información.
  • Es muy fácil encontrar puntos en común con otras personas.  No te encierres ni te atrincheres para proteger tus ideas, comparte y relaciónate con gente de entornos y profesiones diferentes al tuyo. Los contactos son importantes (no son lo mismo que contactillos, enchufes y enchufillos). No tengas miedo a darte a conocer y al qué dirán.
  • Olvídate del “el que fue a Sevilla perdió la silla”, los profesionales, empresarios, emprendedores y trabajadores en general,  podemos hacer muchas cosas pero  no tenemos la capacidad de estar en dos sitios a la vez (todavía). No estés haciendo algo pensando en que deberías estar haciendo también esto otro, sólo porque te has enterado de que fulanito o menganita lo están haciendo. Céntrate, cada uno a lo suyo.

 

Aquí te aporte esta cita que me encanta:

“Tenemos la permanente y molesta sensación de que no estamos trabajando en lo que deberíamos, de que no tenemos tiempo para las actividades que podrían ser esenciales y de que estamos dejando de hacer algo significativo…que la esencia es la productividad sin estrés”.

 

  • Tu formación, tus experiencias profesionales, tus vivencias y tus sueños son tu propuesta de valor. Es igual de válida como la de cualquier otro, y ese otro, tiene el mismo derecho que tú buscar su éxito.
  • Redes Sociales…son eso, redes sociales, una pequeñísima parte, un pequeño instante de una realidad, tienen el valor y el peso que tú le quieras dar, para lo bueno y para lo malo.
  • Busca oportunidades hasta debajo de las piedras. Lo que no le ha servido a otro, tal vez sea una gran oportunidad para ti.

 

No estamos en una maratón corriendo junto con mil participantes abriéndonos paso a codazos. Corremos junto con otros, sí, pero cada uno tiene su propia meta. Céntrate en la tuya. Y recuerda que para que yo gane, no es necesario que tú pierdas.

Tu éxito no depende de que los demás fracasen. Para que tú lo hagas bien, ellos no tienen que hacerlo muy mal.

Tu éxito depende solo de ti.

 

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